En el pasado junio se realizaron las oposiciones de Magisterio, el año que viene Secundaria, regidas por la normativa que desarrolla la disposición transitoria decimoséptima de la LOE, Ley Orgánica de Educación (desarrollado a su vez por el Real Decreto 276/2007). Tanto lo que ha ocurrido este año, como lo previsto para la convocatoria del 2008 para Secundaria se reflejan unos cambios, que si no me equivoco no tienen precedente.
El Real Decreto 276/2007 en su Artículo Segundo, que establece los principios rectores, nos dice: “Todos los procedimientos regulados en este Reglamento se realizarán mediante convocatoria pública y en ellos se garantizarán, en todo caso, los principios de igualdad, mérito y capacidad, así como el de publicidad”. De la misma forma que en nuestra Carta Magna refleja en su Artículo 103 estos principios de mérito y capacidad y en su Artículo 9 el principio de jerarquía normativa de forma explícita.
En la mencionada Disposición de nuestra última Ley Orgánica nos dice que valorará la experiencia hasta los límites legales permitidos. Es obvio que en estas últimas oposiciones, también en las prevista para el 2008, se han sobrepasado de largo, y que tanto en el posterior articulado del Real Decreto, la orden de la convocatoria de la Junta y, sobretodo, en el transcurso de las oposiciones ha quedado claro que se pueden saltar quienes detenta nuestra administración educativa hasta los límites que les de su Real Despotismo.
Hay quién lo califica de tongo descarado, de hecho si te presentabas con un código en el primer examen en donde aparece si te has presentado por libre, interino normal o interino de pata negra (con muchos años trabajado), difícilmente se puede estimar que se hayan realizado bajo los principios de mérito y capacidad.
Lo que parece claro es que no llueve nunca a gusto de todo, de quienes llevan muchos años trabajando y aún no tiene garantizado su puesto de trabajo. Hay casos de haber superado las convocatorias, en sus dos pruebas, más de una vez, además contrastando una experiencia de más de una decena de años en la docencia, es cierto que hay que hacer algo. Por otro lado en esa supuesta convergencia con el resto de la UE para disminuir el número de interino, siendo ese uno de los motivos con que más peso se sustenta, también crea una contradicción simultáneamente, ya que en cualquier país avanzado el ingreso a la función pública se enfoca en esos principios de mérito y capacidad, “acaso debemos converger en unas cosas y en otras, quizás más fundamentales cerrar los ojos”.
1 comentario:
Seneca, lo primero es darte la bienvenida a este tu blog, y animarte a que sigas participando ya que siempre es un privilegio tener a un profesional de la eduación como tú.
Un saludo
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