Este libro me lo ha prestado una compañera que lo ha sacado de la biblioteca, la verdad es que se lee en un par de tardes, ayuda el que tiene pocas páginas, realmente el libro es bueno, como quiera que se tarda poco en leer, no está de más hacerlo para poder opinar y como yo siempre digo, todos los libros por el mero hecho de ser escritos y de que alguien haya intentado plasmar alguna idea en ellos, ya por eso son buenos. Luego están los libros buenos, buenos, buenos de verdad. Este está bien, son historias crudas que te hacen pensar en épocas pasadas en las que se vivía con miedo, represión, abusos de poder, donde no se podía decir lo que se pensaba, etc. Dejando las connotaciones políticas a un lado, no me decanto por unos ni por otros, intento ser racional y darle la razón al que la tenga y en el momento en que la tenga, independientemente de sus afiliaciones a determinados grupos, o ideologías ya sean políticas, religiosas, deportivas, etc. Defiendo la pluralidad y la diversidad, todos somos iguales y al mismo tiempo diferentes y de cada uno de nosotros seamos de donde seamos y pensemos lo que pensemos se puede sacar algo bueno.
El libro usa un vocabulario rico, tanto, que he tenido que echar mano del diccionario en repetidas ocasiones, de los cuatro capítulos quizás el último es el que más me impresionó pero al mismo tiempo el que menos me gustó en cuanto a como está narrado, tiene difernetes párrafos que al principio cuesta saber a quien pertenece cada diálogo.
Lo triste es que seguro que en otros lugares hay personas que pasan todavía por estas situaciones, es bueno leer estas cosas para que no nos olvidemos del daño que nos podemos hacer unos a otros e intentar con todas nuestras fuerzas que estas cosas no ocurran.
Bueno resumiendo, se lee rápido, no es caro, te hace pensar, así que ¿por qué no leerlo?.
Os dejo un párrafo que me llamó mucho la atención, y me hizo pensar, está tal como lo llama el autor en la narración de la cuarta derrota, habla de un profesor de literatura que vive escondido en un armario en su casa mientras su mujer y su hijo pequeño viven en la casa y haciendo como que su padre a muerto para que no lo encuentren los que en el libro llaman los vencedores, el párrafo es algo que le dice el marido a la esposa:
"Que alguien quiera matarme no por lo que he hecho, sino por lo que pienso...y, lo que es peor, si quiero pensar lo que pienso, tendré que desear que mueran otros por lo que piensan ellos. Yo no quiero que nuestros hijos tengan que matar o morir por lo que piensan"
Bye.
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